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jueves, 11 de julio de 2013

Pistoleros de agua dulce (1931) de Norman Z. McLeod



¿Es un títere?
En esta alocada película, los hermanos Marx se introducen en un barco de pasajeros y viajan en él como polizontes, introducidos en unos barriles en la bodega. El capitán está desesperado por pillarlos y casi literalmente echarlos por la borda, lo que deparará las divertidas consecuencias; con disparatadas persecuciones por cubierta incluídas. La cosa se complica cuando los Marx acabarán trabajando como guardaespaldas de dos familias mafiosas rivales, que viajan en dicho barco. Los hermanos Marx mejorando cada vez más su esencia de genios cómicos. 


Una "cómoda" forma de viajar

¡Esto no es lo que parece!
Este "Pistoleros de agua dulce" (vaya título en español, por cierto, porque es una mentira como una casa ya que en tal caso sería de agua salada) es su película más divertida hasta ese momento. Las carcajadas están verdaderamente aseguradas. Es loca e hilarante como a partir de ahora ya serían todas sus películas. Groucho nos deleita con algunas frases míticas, manejando la ironía como solo un maestro como él podría hacer. Perfectamente acompañado por las payasadas (lo digo en plan positivo, porque para ser un buen payaso hay que ser un genio) de Chico y Harpo. De nuevo Zeppo anda por ahí vagando de vez en cuando sin que su presencia sea importante, aunque hay que decir que es menos florero que de costumbre. 

¡Un bailecito por cubierta!

"Pónganme con el capitán"
El film es en su primera parte muy ameno, la parte desarrollada en el barco es lo mejor hasta llegar al punto álgido, la delirante escena del desembarco, en la que los cuatro hermanos Marx se hacen pasar por el actor Maurice Chevalier. Sin dudas la escena más divertida de la película y una de las más divertidas de la carrera de los geniales cómicos. A partir de entonces la película decae un poquillo porque es cuando aparecen un par de números musicales algo pesados (no pueden faltar en las pelis de los Marx), remontando de nuevo en el desenlace con un par de escenas memorables, hilarantes y muy divertidas. En definitiva, es una muy buena película de estos maestros, la mejor hasta ese momento y la más entretenida. Pero aún seguirían mejorando. 

Groucho ligando con Lucille (Thelma Todd)

*MI MOMENTO FAVORITO: la loquísima y excéntrica escena del desembarco, en donde los cuatro hermanos Marx se hacen pasar por el actor Maurice Chevalier para poder poner un pie en tierra. Es sin duda, en mi opinión, la escena más divertida de la película. 

¡Y como los gorilas!

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